En Diciembre de 2018 fui con una dermatóloga para que me revisara un lunar que tenía de nacimiento porque me molestaba. Después de unos estudios la doctora me dijo que necesitaba un oncólogo.

Con el oncólogo me hicieron varios estudios y determinaron que era necesario operarme para extraer ganglios del cuello, la espalda, la axila y a demás me agregaron un catéter para mayor comodidad en la aplicación de futuros tratamientos.

El primer tratamiento no funcionó. Me mandaron a hacer más estudios y resultó que mi cáncer tenía una mutación poco común.

El segundo tratamiento funcionó, pero también me echó a perder muchas otras partes del cuerpo: ojos, articulaciones, músculos, sistema digestivo, etcétera.

El 03 de Junio de este año llegaron los resultados de mis estudios que el oncólogo decidió adelantar porque le mencioné sentir un bulto extraño en uno de los lugares que ya me habían operado. Antes de recibir los resultados mi intuición ya me había hecho saber que lo que tenía no era solo “inflamación”, como dijo el doctor el día de mi revisión, para no asustarme.

Efectivamente el tratamiento que había llevado durante 18 meses dejó de funcionar. El diagnóstico oficial dice que tengo un ganglio con metástasis en la axila derecha (donde sentí “el bulto” y a demás uno de los lugares que ya me habían operado) y otros dos puntos, también en proceso metastásico sobre el cerebro, específicamente en el sistema nervioso central.

Se me viene a la mente el comentario que me dijo muy seriamente uno de mis oncólogos cuando tuve el cambio entre el primer tratamiento y el segundo. “No va a ser fácil. Tienes que poner todo de tu parte no sólo para los procedimientos, también tienes que estar lo mejor posible anímicamente porque de eso va a depender mucho tu estado de salud. Tienes un tipo de cáncer extremadamente violento y con mutación B-Raf y si vuelve a manifestarse, lo más probable es que los tratamientos ya no surtan efecto”.

A partir de ese momento decidí cambiar el tema de mi documental porque el nuevo diagnóstico no me dejaba concentrarme y pensar con claridad. A demás de la consciencia de no tener tanto tiempo como se nos suele hacer creer.